lunes, 2 de agosto de 2010

Escena III








Escena III


(En el interior del set, Sandra está al fondo de la estancia. Hay unas veinte personas más, cada una ocupada con sus puntuales obligaciones. Javier está comprobando el material con su equipo.)



SPOV


Era oficial. Estaba de pésimo humor. Después del numerito de la noche anterior, había subido a mi habitación a terminar mi trabajo con el guión. Estaba enfadada, y no trabajo bien cuando estoy enfadada.
Tuve que releerlo dos veces más. Hice algunos cambios, acorté un par de páginas y amplié un diálogo que no me gustaba demasiado. Pero no trabajo bien cuando estoy enfadada. Lo que significa que no me gustaba nada como había quedado el asunto. A las cinco de la mañana iba por el tercer repaso y seguía sin gustarme. Decidí irme a la cama y volver a retomar el tema por la mañana, más relajada y con otra perspectiva. Entonces resulto que no me podía dormir. Después de una hora dando vueltas y más vueltas, me levanté y me di una ducha. El agua siempre me calma. Esa noche no demasiado pero algo ayudo. La última vez que vi el reloj eran las seis y cuarto. A las siete y media me tenía que sonar el despertador del móvil. No le dio tiempo. Cinco minutos antes sonó a todo volumen por el hilo musical el ahora odiado Rupert Everett. Si la llego a tener delante, habría tenido que llevar peluca por el resto de su vida...

Pero lo cierto es que ella no tenía la culpa. Esta vez era toda mía. Y eso me cabreaba más. Estaba enfadada por estar enfadada, aunque suene a trabalenguas. A estas alturas ya tendría que estar curada de espanto. No era la primera vez que algún actor, o bueno, hombre en general, se lanzaba a la piscina de esa manera conmigo. Es lo que trae la mala reputación. Al parecer nunca digo que no. Por lo general, un par de frases cortantes y una mirada de esas glaciales y el asunto estaba resuelto. Ni siquiera me lo pensaba dos veces. Pero esta vez me molestó. Me molestó porque no conocía a ninguno de ellos, no me los habían ni presentado formalmente. Me molestó porque joder, era el primer día, el puñetero primer día. Y me molestó sobremanera, que todo hubiera sido delante de un público expectante, como si fuera un juego. Igual hasta habían hecho apuestas. No sé, igual se esperaban que me hubiera subido a alguno mas también a la habitación. Jodidos pubertos hormonados. No tenía tiempo para esas tonterías, estaba en medio de muchas cosas. Y la verdad, tampoco tenía ganas ya. Empezaba a cansarme el tema.

Luego estaba la otra parte. ¿Me había pasado? Llevaba todo el día pensándolo. Igual fui demasiado dura. Cuando me enfado soy como los toros. Como me pongan el paño rojo delante... A ratos pensaba que sí, el chico no había sido vulgar o soez. Obvio, muy obvio sí, pero nada más. A los dos minutos pensaba que salir trasquilado era lo mínimo que se podía esperar. Y tampoco tenía tiempo para estar dándole vueltas, así que decidí esperar a ver qué tal iban las cosas si volvía a encontrármelo y actuar en consecuencia. Le pegué un sorbo al café que me habían dado y saque el guión de la mochila. Aún tenía un ratito mientras terminaban de arreglarlo todo. Además hoy había varias escenas y tendría ratos muertos para echarle otro vistacillo. Unos veinte minutos después se acercó Javier. "¿Sabes que estás más guapa cuando no frunces el ceño? Y lo digo por ayer, porque desde que has llegado hoy lo llevas así." Me dijo con una media sonrisa."Es que estoy intentando hacerme unas líneas de expresión buenas para poder probar el botox. Tengo curiosidad, ya ves" Le contesté sacándole la lengua.

"¿Estás segura de que no tiene nada que ver con cierto vampiro, tamaño cuatro por cuatro?" Me preguntó con una mirada divertida. "¡¡¡Dios!!! ¿Cómo...? ¿Lo sabe la gente....?" Le pregunté yo totalmente sorprendida. El echó la cabeza hacia atrás con una sonora carcajada."¡Por supuesto! Aquí las noticias vuelan y si son cotilleos, van en cohete”. Me puso una mano en el hombro en plan comprensivo. "La verdad, más que con el vampiro en sí, tiene más que ver con el hecho que no pude terminar el encargo que tenía y me lo he tenido que traer hoy." Le contesté con la cabeza gacha. "¿En serio lo sabe todo el mundo? No me digas que Kellan ha dicho que me fui con él ¿no?" Sólo faltaba que encima le hubieran cambiado el final a la historia. No sería la primera vez que me pasaba. Javier volvió a reírse. "No, no. Kellan al parecer ha hecho voto de silencio. Son los demás los que están pasando un buen rato a su costa. ¿En serio le dijiste que se ligara a una barbie?" Me tapé la cara con las manos. "Le dije unas cuantas cosas sí, creo que hasta me pasé en algunas, pero es que... joder Javier, tendrías que haberlo visto, era como si creyera que no hubiera otro final posible que irme a la cama con él." Terminé con un quejido. Me rodeó los hombros con su brazo y se acerco a mí. "No te preocupes mujer. Venga, recoge tus trastos que vamos al decorado principal." Y dicho esto salimos los dos juntos del almacén.

Entramos en set que tenía el decorado principal, la sala de estar de los Cullen. Iban a rodar tres escenas distintas. Yo solo estaría en la primera, para ver como funcionaba el rodaje en interiores. Después Javier lo había arreglado para que pudiera ir con la segunda unidad, que tenía una toma más técnica con cámaras grúas y angulares en landscapes. La idea era poder estar presente en el mayor número de acciones distintas. Ver como se organizaba todo. Eran un encanto la verdad. Uno de los asistentes de Javier hasta me había pasado el planning con un glosario aparte y con el material que se iba a utilizar en cada escena. Por la tarde, tocaban los primeros planos estáticos y los planos picados. Iba ser un día largo. Intenté centrarme en eso y olvidarme de lo demás. Funcionó al menos dos minutos. En cuanto entramos en el set y avanzamos hacia la gente, algunas cabezas se volvieron a observarnos con miradas curiosas. Había tardado exactamente 24 horas en dejar de pasar desapercibida. Record Guiness seguro.

Puse mi cara de póker e intenté obviar las miraditas y los susurros. Javier se mantuvo firme a mi lado y cuando llegamos a su posición se puso a explicarme como las otras veces que es lo que iba a hacer y porque elegía una cosa u otra. Me enseñó las texturas, me dejó mirar los objetivos para comprobar la saturación de luz y el grado de obturación. Tan profesional como siempre. Como si el pequeño revuelo que había a nuestro alrededor no fuera con nosotros. Cuando terminó me hizo sentarme en su silla para que pudiera trabajar con mis páginas. Me senté y cuando estaba sacándolas, entró por la puerta la mitad de la familia Cullen. Y Bella. Una Bella en avanzado estado de gestación. Entre ellos estaba Kellan. Lo seguí con la mirada discretamente. No se había dado cuenta de que estaba allí. Empezaron a ensayar la escena, aprendiéndose sus marcas y la posición de las cámaras. En uno de los cambios, Nikki se percató de que estaba allí sentada. Hizo un comentario que todos rieron y algunos se volvieron a mirarme. Busqué a Kellan para ver su reacción. Me miró y rápidamente apartó la vista, bajando la cabeza. Bueno, al parecer si me había pasado un poco la noche anterior. Tampoco era mi intención aterrorizar al pobre chico. Quizás la noche anterior sí, pero en ese momento incluso me sabía mal.

Me sentí incomoda. Era evidente que el se sentía violento conmigo allí, así que decidí salir fuera del set. No quería ser una distracción para el que le hiciera cometer algún error o que no saliera todo lo bien que podía. Me levanté, cogí la mochila y salí al exterior. Me acomodé en uno de los numerosos carritos de golf y saqué el tabaco del bolsillo. Al menos aquí si estaba permitido fumar. Dejé que el humo me calmara un poco la ansiedad. Volví a ojear las líneas por encima, intentando concentrarme. Pero no trabajo bien cuando estoy nerviosa. Así que allí estuve jugueteando con las hojas, disfrutando la nicotina y helándome de frio. Vi llegar a lo lejos otro carrito. Reconocí cuando se detuvo a unos metros de donde estaba a Melissa, la guionista, y a la brillante autora de las novelas.

Bajaron y se dirigieron hacia la entrada. Al pasar delante de mí Melissa se detuvo. "¡¡Sandra!! Bill me dijo que ibas a estar aquí unos días, hace un montón que no te veía... ¿Qué tal todo?" Melissa y yo trabajamos en Dexter juntas, al principio bastante tiempo, cuando hicimos los esbozos de personajes y la caracterización. Ese es el proceso más largo de una serie. Personajes y trama principal. Luego cuando empiezan a rodarse los capítulos mi trabajo es mucho más puntual y me permite moverme a otros temas. Mi presencia en el estudio tampoco es imprescindible. Hacía al menos cuatro meses que no nos veíamos físicamente. Aunque yo corregía sus guiones de cada episodio igualmente y la comunicación era constante. "Bien, estoy bien. Un poco atascada ahora mismo." Le contesté señalándole el guión. "¿Te quedarás todo el día?, podíamos comer luego juntas y charlamos un rato...." Me comentó. "Sí, creo que sí, luego tengo un escena fuera, pero creo que para comer ya habré vuelto... Te veo muy bien por cierto." Le contesté sonriendo. "Pues búscame cuando llegues al catering y hablamos, me voy que no se que problema tienen con un par de líneas". Se despidió y se giró para entrar en el set. Entonces se quedo mirando a su compañía. "Perdonad, he sido una grosera, ¿Conoces a Stephanie?" Me preguntó. "No, no he tenido el gusto todavía." Respondí fijando la mirada en la otra mujer. "Stephanie esta es Sandra, ella también es guionista" Le comentó. Stephanie extendió la mano hacia mí. "Encantada" dijo sonriendo. "Igualmente" Contesté con cortesía. Estrechamos las manos un segundo y al siguiente ya se había vuelto hacia la puerta. La hospitalidad no era lo suyo evidentemente. Melissa entornó ligeramente lo ojos, me sonrió abiertamente y luego fue detrás de ella.

Cogí por enésima vez los papeles y saqué un boli de la mochila. A los diez minutos tenia clarísimo que lo mejor era hacer una hoguera con ellos y calentarme las manos. Al parecer tampoco trabajaba bien con la presión. A este paso iba aquedarme en el paro. Los metí de nuevo en la carpeta frustrada y decidí echar un vistacillo al interior para ver cómo iban las cosas. Le pregunté a uno de los asistentes y me dijo que estaba ya acabando la segunda toma. Allí estaban todos, blanquísimos, guapísimos y recién sacados de un catalogo de Marc Jacobs. Kellan estaba al fondo. Me quedé mirándolo un segundo. Gritaron corten dos segundos después. Él me miró tímidamente mientras avanzaban todos juntos hasta detrás de las cámaras. Se acabó, decidí hacer algo para acabar con la tontería de una vez. Me acerqué al mostrador de catering al fondo. Había bollos, algunos sándwiches y bebidas. Cogí un café de esos de vaso de plástico con tapa y palito y me dirigí hacia él.

En algún momento de la mañana parece ser que me había reencarnado en Moisés y no me había dado cuenta. Porque tal y como iba acercándome, la gente me abría paso, era como la puñetera separación del mar Rojo. Iba a tener que ponerme al día con mis cotilleos. A ver si decían que tenía algo contagioso y no me había enterado. Cuando llegué a su lado, el estaba hablando con Kristen y Nikki de espaldas a mí. Le di un golpecito en la espalda y esperé. Se volvió y se me quedó mirando fijamente, pero no dijo nada. “Te invito a un café” .Le dije con una sonrisa, esperando que aceptara mi ofrenda de paz. Una enorme sonrisa se dibujó en su cara y cogió el vaso. “Gracias.” Contestó y se puso a mirar el vaso, dándole vueltas en su mano. “No has apuntado tu número” Me dijo todavía sonriendo. La verdad, en ese momento no lo pillé. “¿Cómo?” Le pregunté extrañada. “Tu número de teléfono, o el de tu habitación si prefieres, no los has apuntado…” Replicó señalando el vaso de plástico. Me lo quedé mirando con la boca abierta. ¿Pero en serio se creía que….? Bueno, estaba claro que si se lo creía.

“Vamos a ver, pensaba que igual anoche me podía haber precipitado un poco. Esta mañana te he notado como nervioso cuando estaba por aquí. No quiero tener ni causar problemas. Te he traído el café solo como acto de buena voluntad” Le dije mirándolo a la cara totalmente seria. “Cuando dices que te has precipitado, ¿es qué te lo estás pensando?” Me preguntó aún sonriendo.”Mi mirada de cordero degollado no falla nunca.” Dios mío de mi vida. En ese momento me sentí totalmente estúpida. Y si, lo habéis adivinado. No me gusta sentirme estúpida. “¿Lo has hecho a propósito?” Le pregunté aun incrédula. Él sonrió de nuevo. “Las mujeres no podéis resistiros a los cachorritos abandonados. Lo lleváis en los genes. ¿Cuándo cenas conmigo?” Siguió con su monólogo. Me rendí. No hay más ciego que el que no quiere ver. No tenía sentido seguir ahí intentado explicarle más cosas. “Deberías montar un show para hacerle la competencia a David Copperfield. Es increíble que cada día logres meter tu ego entre estas cuatro paredes. En serio.” Y dicho esto, salí de allí pitando, seguramente echando humo de las orejas, para encontrar a Javier.

Cuando me reuní con él, me miraba y sonreía divertido. “Ni una palabra, ni una palabra…” le amenacé mirándolo enfadada. No dijo nada, pero se puso a reír a carcajadas también. “La culpa es tuya, ¿no podías estar trabajando en un drama de época o que se yo cualquier cosa, en vez de esto????” Lo asesiné con la mirada y seguí caminando hacia el exterior enfurruñada. A los cinco minutos salió con uno de sus asistentes, el cual llevaba sus instrucciones para la escena con la segunda unidad, y nos llevó a la furgoneta con el material. Concretaron un par de cosas mientras yo me sentaba en el asiento del copiloto. Cuando el chico se sentó a mi lado, Javier se asoóo a la ventanilla. “Ah Mark, ojo con la señorita, cuídala bien y ten mucho cuidado. Es toda una rompecorazones…”. Gruñí desde mi asiento y levanté la vista al cielo. “Te acabas de quedar sin el jamón de bellota que trae mi asistente esta noche. Era para hacerte la pelota, pero ya no tengo claro si te quiero en mi película…” Le dije resentida pero en broma. “Hmmmmm, y además es muy cruel…” Le dijo al chico entre sonrisas. “Os veo a los dos luego. Cualquier problema llamar al comunicador.” Y con eso, arrancamos y nos fuimos.

Llegamos a la localización en un cuarto de hora. En cuanto salió de la furgoneta, Mark se coordinó con el equipo de filmación y comenzaron a prepáralo todo. Yo seguía de cerca todos sus movimientos pero desde una distancia prudente para no estorbar. Cuando parecía que estaba todo listo, se puso a llover. A cantaros. Tuvimos que correr hacia las lonas puestas en un lado, pero aún así cuando llegamos a cobijo, íbamos todos empapados. Intentamos secarnos con unas toallas y tal, pero no podíamos hacer nada con la ropa. Lo siguiente fue empezar a temblar y castañetear los dientes. Y eso que el día no era el tan frío como el anterior, pero claro, mojada de arriba abajo, se te calaba a fondo. Escampó a los veinte minutos. Y como mi día ya de por si no era lo suficientemente malo, al volver donde las cámaras, todo se había convertido en un barrizal. En cinco minutos mis botas de trekking y los vaqueros hasta la altura de las rodillas estaban totalmente cubiertos de lodo. Y como eso tampoco era suficiente para estar aún más incómoda, en una de las bajadas de la cámara grúa, intenté acercarme para ver mejor, no me di cuenta, y el pie se me enganchó en uno de los raíles del travelling. De morros. Acabé de morros en el suelo, medio espatarrada, encima de un montón de barro. Y la gente riéndose claro. No tenía que haberme levantado de la cama, de hecho estuve tentadísima de coger la furgoneta y volverme directamente al hotel. Afortunadamente una hora después estábamos en el set de nuevo.

Una chica del equipo de Javier se apiado de mí y me llevo al almacén, allí tenían algo de ropa de repuesto. Me dio unos pantalones de chándal y una sudadera enorme, la cual para más inri, llevaba un cartel en letras gigantes que ponía ECLIPSE, eran restos del merchandaising de la película anterior. Yuju. Con el pelo no pude hacer nada, solo intentar mojarlo un poco en el baño para quitarle parte de la porquería que llevaba pegada y peinármelo en una coleta. Me lavé la cara y me enjuagué los brazos. Llevaba un arañazo en el codo de la caída. Peor era lo de mi orgullo maltrecho, pero bueno. Cuando salí de asearme me sentí un poquito más persona. Hasta que vi a Javier, que llevaba el día completo conmigo y volvió a reírse a carcajadas. Le solté un par de obscenidades y le comenté que no estaba dispuesta a tentar más el destino por ese día. Íbamos a ir a comer, así que le dije que después me quedaría en la 'cafetería' para terminar mi trabajo pendiente y no arriesgarme a que me cayera un rayo encima o me atropellara un camión. Seguía riéndose cuando me marché. Yo seguía echando humo por las orejas. Toda la culpa la tenía Rupert seguro. Era una maldición.

Nos sentamos a comer, me sentí lo suficiente magnánima para dejar que Javier se sentara a mi lado. El resto del equipo fue llegando poco a poco. Entonces empezó el tercer grado. Todos querían saber que pasaba con Kellan. Y no eran nada discretos por cierto. Se levantaban y todo y venían y me preguntaban directamente. Yo solo les gruñía. El resto de la mesa como no, se reía. La quinta vez que vino alguien de otra mesa a preguntar, estallé. "Si, que puedo decir...que no sepáis ya. Es el hombre de mi vida. Nos vamos a casar y planeamos tener cuatro o cinco niños preciosos, que de mayor serán como el Geyperman de su padre." El cachondeo ya era mayúsculo. Al rato apareció Melissa, se sentó con nosotros y por supuesto ella también tuvo que preguntar. "Sandra no sabía que tu y Kellan...." Me dijo sonriendo. "Sinceramente, ¡¡¡ YO TAMPOCO!!!" En serio, estaba al límite, una sola pregunta más y empezaría a chillar como una loca. En ese momento eché muchísimo de menos a Lu. Pero mucho.

Para aislarme de todo, saqué mis papeles por decimonovena vez ese día y me puse con ellos. Al rato Melissa que estaba terminando de comer me preguntó cómo lo llevaba. "Mal, no sé que me pasa, pero me atasco en dos sitios y me obceco y no salgo..." Ella asintió comprensiva. “Yo tengo que terminar un par de cosas mías también, pero si quieres luego le echo un vistazo." Se ofreció muy amablemente. Se lo agradecí profusamente. Necesitaba otra opinión, la verdad. Poco a poco la gente fue abandonando el comedor, todos volvieron a sus ocupaciones. Javier se marchó para preparar las escenas de la tarde. Me despedí y quedé de acuerdo con él para el día siguiente. Allí nos quedamos las dos guionistas en la mesa, cada una concentrada con lo suyo. Al ratito vinieron a llamar a Melissa que tuvo que irse. Prometió volver después.

Cuando lo hizo yo estaba a punto de abrirme las venas con la tapa del boli. No podía más. Me dolía el brazo, tenia sueño porque prácticamente no había dormido, me habían preguntado cuatro veces más en dos horas por mi tórrido romance, vestía un chándal por primera vez desde que cumplí quince años, llevaba el pelo como si acabara de pelearme con una ardilla y no me salía una puñetera frase decente desde hacía casi una hora. Melissa me vio la cara y me mandó a por algo de beber para las dos mientras cogía las hojas y las ordenaba. Y claro, no dispensaban bebidas alcohólicas en el rodaje. Nunca estuve más tentada de beber whisky sin Keanu que en ese momento. Cogí un termo de café entero y dos tazas y volví a la mesa. Melissa me hizo unas cuantas preguntas, subrayó un par de cosas, y me hizo buscar los trozos que se me atascaban. Ella se puso con ellos y me dejó a mí con otro trozo para poder avanzar. Una hora, mi gratitud infinita hacia ella y tres cafés después, habíamos salvado los 'escollos' y yo había revisado unas quince páginas más. Estábamos a punto de terminar. Pero estaba claro que mi día no podía ir bien, ni siquiera por unas horas. De repente una airada Stephanie Meyer hizo acto de presencia delante de nuestra mesa.

"¿Qué demonios estáis haciendo?" Se puso a gritarnos a las dos. Yo levanté la cabeza sorprendida. Ella dirigió su mirada enfurecida a mi compañera."Melissa, sabes perfectamente que no puedes trabajar con ella. Firmaste un acuerdo de confidencialidad y de exclusividad. Nadie puede tocar una línea del guión sin mi consentimiento. NADIE" La última palabra me la gritó en la cara a mí. Melissa intentó explicarse. "Me da igual que sea amiga tuya. No es más que una... NO LA QUIERO CERCA DE NADA MIO. QUIERO QUE QUITES TODO LO QUE HA CAMBIADO AHORA MISMO. TODO. AHORA. MISMO." Las frases salían de su boca frenéticamente, tenía la cara descompuesta y no dejaba de chillar. Y yo me había quedado paralizada. Debía ser la falta de sueño, porque no reaccioné. Melissa en cambio trato de aplacarla. "Stephanie, se perfectamente el contrato que firme. Esto no es nada de la película. Es trabajo de Sandra, le estoy echando una mano." Fue hasta demasiado educada para mi gusto. "Pero, me han dicho que estabas terminando unas correcciones del guión..." De repente parecía desconcertada y había bajado el tono de voz. "Ya las he terminado, de hecho, las mandé para que te las dieran hace una hora. Se supone que las tiene tu asistente. Puedes mirar la cabecera de esto si quieres, es de una serie de televisión." Le explicó Melissa con el tono de quien habla a un niño de cinco años. Bien por ella. "Ah, vale, entonces nada. Voy a buscar a Lisa para ver las modificaciones. Adiós." Y sin más se giró y se dirigió hacia la puerta. Pero había un problema. Que la falta de sueño me hace solo un poco más lenta. Llevaba un día de mierda. Había aguantado risas y bromas. Rumores. Un paquete de hormonas de más de metro ochenta. Lluvia. Caídas. Hasta una sudadera de niña de doce años. Pero Stephanie Meyer resulto ser una gota demasiado grande como para que el vaso no se derramara.

Me levanté de la silla. "Eh. ¿No se te olvida algo?" Le pregunté en voz alta. Ella se detuvo y se volvió hacia mí. "Me parece que nos debes una disculpa a las dos." Le dije preparándome mentalmente. No iba bajo ningún concepto a permitir que me gritara de esa manera, y desde luego que le faltara al respeto a Melissa tan descaradamente. "Eres muy arrogante. No voy a disculparme por no querer que toques el material que escribo." Dijo con la cabeza alta. Ahí estaba, el trapo rojo delante del toro. Debería habérmelo pensado dos veces, seguro. Pero no lo hice. "Sandra, no..." Intentó inútilmente Melissa. La miré y negué con la cabeza. "Iba a decir que el guion no lo escribes tú. Pero es obvio que tú eres la mano negra detrás. Melissa no escribe nunca material tan rematadamente malo." Asesté mi primera puñalada con una sonrisa. A ella casi se le salen los ojos de las órbitas. "Y sí, soy arrogante, pero tú eres prepotente y una maleducada." Y ahí empezaron los fuegos artificiales.

“¿Quién te has creído que eres para hablarme así?” Contestó enrabietada. “No, quién COÑO te crees que eres tú, para irrumpir aquí de esa manera y luego marcharte como si nada…” Le refuté con energía. “Soy la autora de unos libros, malos según tú, que han vendido más de 90 millones de copias en todo el mundo” Dijo alzando de nuevo la voz. “¡Ha! ¿Y que se vendan mucho los hace buenos?” Le pregunté insidiosa. “Eso es como decir que Hyundai hace mejores coches que Ferrari solo porque venden más al año. Nadie en su sano juicio lo diría.” Me miró con los ojos entrecerrados. “No eres más que la típica intelectual que nunca ha escrito nada y se siente con derecho a atacar mi libro solo porque a la gente le gusta. Los guionistas sois los frustrados de la literatura. Queréis pero no podéis.” A Melissa le cambio el gesto cuando la oyó.

“Primero, acepto que llames a eso libro, porque está hecho en papel y lleva tapas. Segundo, tú tienes derecho a escribir lo que te dé la gana y yo tengo el mismo derecho a decir que es horroroso, faltaría más.” Intentó replicarme pero no la deje y seguí con mi diatriba verbal. ”Tercero, sí, a la gente le gusta tu libro ¿y?, también les gusta Gran Hermano que es el programa más visto de la televisión. Yo no estaría tan orgullosa de eso. Cuarto, no deberías usar la palabra literatura, no cuando evidentemente, no sabes lo que significa, pueden pillarte en un renuncio.” En ese punto se acercó más a mí, la cosa empezaba a salirse un poco de madre. “Y quinto. Tú no PODRIAS ser guionista aunque QUISIERAS. Hace falta talento, horas y horas de trabajo en equipo, y humildad. Tú no tienes nada de eso.” Melissa se levantó y se acercó a nosotras, viendo como cada vez estábamos peligrosamente más cerca. “Trabajo como el que lleva haciendo esta mujer, a la que has insultado sin dudarlo ni un segundo, durante más de veinte años, y que ha intentado de manera honesta hacer un buen guión con lo poco que tenia disponible. Lo mínimo que se merece, es que te bajes de tu autoproclamado pedestal y te ¡¡¡DISCULPES!!!” Le grité a diez centímetros de su cara.

“No eres más que una furcia, una buscona. Todo el mundo sabe porque tienes trabajo. ¿¿Te atreves a darme juicios morales?? Te las das de escritora cuando lo que haces es usar el sexo para tu beneficio. En lo único que eres buena, es en abrirte de piernas. Es obsceno.” Ahí perdí el oremus. Tampoco debería haberlo hecho. Era con lo que siempre me atacaban cuando no tenían otro argumento. No era nada nuevo. Pero ya hacía rato que las compuertas se habrían abierto y el agua salía en tromba. “Vaya, estás muy bien informada. No sabía que mis andanzas se publicaran en ‘The Religious Post’ o en el ‘Mormon Journal’, se ve que he subido de caché. ” La asesiné con la mirada. “Quizás deberías probarlo tú también. Abrir las piernas, digo. A juzgar por lo que escribes te hace bastante falta.” Se lanzó hacia delante intentando agarrarme de la coleta. Le di un manotazo y la esquivé. “Y obsceno es, que ya en el siglo XXI, después de todo lo que ha costado, retrates a las mujeres de la forma que lo haces en esos libros. Sin metas ni ambiciones, totalmente supeditadas a sus hombres. No estudian, no trabajan, no piensan, su único propósito en la vida es ser queridas por sus parejas. Es vergonzoso.”

Se acercó de nuevo, Melissa intentaba torpemente interponerse entre las dos. “Por supuesto que te parece mal. Tú no sabes lo que es querer a nadie. Solo usas a la gente a tu antojo y luego los dejas de lado como si nada. Haces que se enamoren de ti y cuando tienes lo que quieres te marchas.” La miré amenazante. “No sabes nada de mi vida. Solo la versión de los que se alimentan de rumores. Ojo no vaya yo a interpretar libremente también la tuya.” Le advertí. “No puedes decir nada malo de mi vida personal. Yo no soy como tú.” Afirmó totalmente confiada. “¿Seguro? Bueno pues si tan claro lo tienes, déjame que te haga una pregunta. ¿Dónde está tu marido?” Se quedó parada un segundo. "¿Por qué no te acompaña nunca? No va a las premieres, no va a tus giras, nunca se le ve contigo cuando promocionas los libros." Me quedé mirando el efecto que tuvo la pregunta. "Mi marido se queda en casa con los niños, queremos que siempre estén con alguno de los dos. Eso es más importante que ir de gira conmigo." Respondió con autoridad. "Esa es tu versión. Pero yo tengo la mía." La miré a los ojos fríamente antes de asestar el último golpe. "Dices que toda tu historia salió de sueño que tuviste. Yo pienso que es verdad, pero que no estabas durmiendo cuando soñabas. Todas esas descripciones de Edward, como sonríe, como se frota la nariz, como se pone la chaqueta... Ningún personaje, ni el principal esta tan bien definido como él. Edward es real. Y tu marido lo sabe. Y no contenta con eso, creas a Jacob como el segundón, que obviamente es él. Jacob y su calor, su comprensión, su manada. Es él y tus hijos. Comparas tu amor con él, con el compañerismo, la amistad y la calidez. Pero la pasión y el sentimiento son para Edward. Darías todo por él. Renunciarías a tu vida anterior por estar con él. Debe ser duro leer eso..." De repente, ya no intentaba agarrarme, se había quedado lívida. "Dime Stephanie, ¿que piensa tu Edward del libro? ¿Lo ha leído? ¿Es uno de los afortunados noventa millones?. No me digas que después de todo tu esfuerzo no se ha enterado..." Me miró con odio y siguió callada, paralizada. "O peor aún, lo ha leído, pero ¿no te ha dicho nada...?" Se revolvió hacia mí con violencia. "¡¡¡ ESO ES MENTIRA !!!". De repente dos brazos me agarraron de la cintura y me pusieron a un lado. "Eso es lo que se siente cuando gente que no tiene ni idea se inventa cosas de ti....." Le repliqué intentando zafarme del abrazo.

"Sandra, PARA" Me giré y vi que era Peter el que me tenia agarrada. "Suéltame, Peter, suéltame........." Le dije forcejeando. "No, esto se ha acabado. Estáis dando un espectáculo las dos." En ese momento me di cuenta de que había un montón de gente en la cafetería mirándonos. Actores incluidos. Javier apareció en ese momento corriendo por la puerta. "¡¡¡ QUIERO QUE LA ECHEN DE AQUÍ !!!" Seguía vociferando mi contrincante. "Sandra, vámonos, salgamos de aquí. Esto no te conviene." Intentaba razonar conmigo Peter. Javier me hizo un gesto, asintiendo con la cabeza. Llegó también una chica y se puso a intentar calmar a Stephanie. De repente tomé consciencia de la situación. Se me escapó el aire de los pulmones y sentía débiles las piernas. El pulso me zumbaba en las sienes. Me doblé hacia delante tomando una gran bocanada de aire. Fue peor porque de repente todo empezó a darme vueltas. Al final todos los excesos del día se juntaron de golpe. El sueño, el cansancio, la tensión y por último el bajón de adrenalina después de la discusión. Peter, que todavía me tenía sujeta, se dio cuenta y me alzó en brazos. Me agarré a sus hombros como si me fuera la vida. Lo último que recuerdo es el aire frio azotándome en la cara al salir de la habitación y la voz de Peter y Melissa hablándome desde muy lejos. Luego todo se volvió negro.


Nota: El POV de Robert tardará un poco en llegar, ya que Io ha estado convaleciente. Por el momento, aquí tenéis la primera parte de la escena III.


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12 comentarios:

Unknown dijo...

Genial, sencillamente genial. Divertidísimo y de una imaginación desbordante. La vida "fic" de Stephanie digna de ser enmarcada, eso no se le hubiera ocurrido ni a Melissa en el mejor de sus guiones,esperemos que no lo vean en Cuore o en ENews porque lo darian como cierto, por la precision y el realismo con el que esta escrito, vamos la noticia del verano. Enhorabuena TEAM WRITTER, mejor dia a dia. SWEETPATT.

Charo dijo...

Jooooooo!!!, que bueno, estoy flipando, que tensión de medio capitulo, no me lo esperaba ni de coña, tremenda la pelea, que dos lobas, segurito segurito que la Meyer es asi de borde.
Bueno lo de Keke de traca, super gracioso.
Y de Sandra que decir, que tiene un par de ovarios bien puestos.
De verdad chicas que enhorabuena, me habeis sorprendido totalmente, y ahora deseando leer a Rob haber por donde sale.

Polly wants a cracker dijo...

Cada lunes me sorprende mas este fic!! Me ha encantado la verdad.
Me encanta tu forma de escribir, con tantos detalles y sus dialogos son perfectos, ironicos, divertidos...

Me ha gustado el trozo en que Sandra se inventa en que Step se habia inspirado al hacer la novela. Tambien me ha encantado la comparación de los dos coches y "Mormon Journal"

Enserio, un 10. Enhorabuena

Besos

Vero dijo...

Wowww capitulo intensoo!!
Tiaaaaa deja de meterte con kellan, pobreee, me partes el almaaa xDD
Genialisimo el enfrentamiento con la meyer, si señora, coincido con todo lo ke le dice sandra, excepto con lo del marido, de eso no tengo ni idea xDD La meyer tiene una forma de pensar muy anticuada. Las chicas siempre estan alrededor de sus hombres, viven por y para sus hombres, claro ejemplo bella, si ke estudia y tal....pero edward la controla totalmente a su antojo, aunke a veces se rebela la chica, pero al final acaba siendo todo como el kiere. Eso es lo ke no me gusta de edward, su mente esta en el siglo pasado, donde tiene ke proteger a todo momento a la desvalida bella y si el dice ke no es ke no y no le da opcion a ella a ke sea de otra forma porke ella esta coladisima por el. Si hubiese cambiado ese detalle en edward seria la releche. Si le hubiese hecho con la personalidad de un chico de hoy dia. Edward me gusta, pero ese detalle de el no. Pero vamos, ke es la forma de ver la vida de stephanie. Y no se ke me da ke es asi de borde y mandona en la vida real, teniendo ke hacerse todo como ella diga.
El capi genial, me encanta como describes todo, los comentarios sarcasticos, las ironias, todo. Un besito.

Io dijo...

Muchisimas gracias a todas. Como siempre, lo mejor del fic, sus lectoras.

Chicas siento mucho no haber terminado con Robert (XDDD) pero es lo que tiene ser la unica persona que coge un gripazo el 29 de Julio. Espero tenerlo terminado en un par de dias maximo.

Tener piedad en los comments, que escribia bajo el efecto de bacilos varios....

Besotesss


PD: No conozco a la Meyer, ni a Kellan, ni al marido de la Meyer. Que quede claro que todo los hechos aqui relatados son pura ficcion. O casi.

Anónimo dijo...

que te puedo decir, yo puedo decir q Steph es asi realmente xq una amiga me dijo q le pidio un autografo y ella puso tan mala cara, que ella le quito el libro y prefirio que no le firmara nada... es una prepotente... solo q espere cuando terminen las peliculas esas a ver si le va tan bien como ahora... ay ese Kellan me hizo reir tanto, y Sandra que digo, es una mujer increiblee y explosiva me encanta!!!

un beso a las dos
Io espero q te mejores pronto!!!

Lourdes dijo...

Lo, espero que estes mejor de salud. Coincido con todaaaas las chicas los comentarios de la autora ja ja Buenisimo todo como siempre, que venga el luneeeess!! besos desde Argentina

Nani-PattinsonWorld dijo...

¿ Que te puedo decir que no sepas ? que la trama es espectacular, el dialogo fluido, que me metes dentro de la historia, que esas bofetadas sin manos son para quitarse el sombrero que me GUSTA MUCHISIMOOOOO. Gracias por seguir al pie del cañon con el trancazo que tienes, eres una crack, te lo habia dicho ?
ahhhh y por supuesto que quiero el POV de Robert, estoy segura que me gustara aun mas si cabe !

Graciasss Io, graciassss Lu !

¨. o O * LauLollypop * O o .¨ dijo...

Decir que es genial, y me encanta es repetirme demasiado...

Es legendario!!! me encanta!!

La prepotencia de la Puritana Meyer... y Sandra asestandole unas cuantas puñaladas pero...a la cara...sencillamente GENIAL!

xD pensaba que Stephanie Meyer iba a terminar con la nariz rota o alguna estremidad....xD soy una animal y una violenta (de pensamiento) xD jajaja. De todas formas...la ha descuartizado verbalmente, asi que...viene a ser lo mismo ;)

Un besoteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

¨. o O * LauLollypop * O o .¨ dijo...

IO!!!No había leído lo del trancazo....jo! nena ponte buena, no porque escribas el POV de Robert...si no para que termines toda la historia...xDDDD jajaja...que putilla soy.
No, enserio, ponte buena, que creo que en verano se pasa muchísimo peor la gripe (por supuestísimo que no eres la única que alguna vez a pillado gripe en Julio... ) Es lo que tienen los cambios bruscos de temperatura. Te lo dice una que tiene la garganta destrozada desde mayo... y el aire acondicionado del curro no ayuda.

Besoteeeeeeeeeeeeeeeeeeeees Team Writter!!!

¨. o O * LauLollypop * O o .¨ dijo...

O_o dios mio de mi corazón...he leído lo que he escrito y he puesto...."estremidades"...las que deberían amputarme a mí por ponerlo con "s" xD no me dí cuenta...ufh! que hace daño a la vista.... EXTREMIDADES...xD que quede claro... :P

Belewyn dijo...

Sin palabras!!!
Es impresionante. Hacía tiempo que sabía que opinión dar a algo que había leído, pero es que me habeis dejado sin palabras.

ME ENCANTA!!!

Besines. Nos leemos (Belewyn)

Sandra

Sandra

Robert

Robert

Lu

Lu

Keanu

Keanu

Lu y Sandra

Lu y Sandra

Ke y Sandra

Ke y Sandra

Sandra y Matthew

Sandra y Matthew

Robert y Kristen

Robert y Kristen

Lu y Xabi

Lu y Xabi











Autoras

Io

Si la modestia -o era el sentido del rídiculo- de la autora no fuera superior a sus ganas de darse publicidad, sería ella misma quien hubiera inundado este apartado con toda una serie de referencias a su largo recorrido ‘literario’. Además, no faltarían todo tipo de detalles respecto a su experiencia como articulista de opinión, redactora ocasional y memeces varias. Al no ser así, poco o nada resta por añadir.

Lu

La mayoría de los seres humanos son como las hojas que caen de los árboles,

que vuelan y revolotean por el aire, vacilan y por último se precipitan al suelo. Pene.

Otros casi son como estrellas, siguen su camino fijo, ningún viento los alcanza,

pues llevan en su interior su ley y su meta“


Hermman Hesse según Lu.

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